lunes, 29 de agosto de 2011

PEDRADA EN OJO TUERTO

PUNTO DE VISTA

Por: Maki Miró Quesada
Lunes 29 de Agosto del 2011

Los viajes no mejoran la cultura de los perros ni de los bebés, en cambio el adulto observador puede aprender un par de cosas. Entre las cosas que se observan nomás dejar el país es que la aviación comercial en el siglo XIX es un tema complicadísimo y carísimo donde los pocos que van quedando tienen enormes recursos y han realizado alianzas estratégicas entre gigantes para sobrevivir. Allí no caben la improvisación y el amateurismo. La aviación comercial actual necesita de grandes inversiones, grandes mercados y un rigor extremo en los costos: las cifras operacionales son vertiginosas y los márgenes muy estrechos. Se trata de un negocio donde compiten la imaginación y el estricto cumplimiento de normas económicas y técnicas, que vende sueños al pasajero pero a la vez garantiza su seguridad.

Para ver lo que está en juego basta revisar la última compra de American Airlines: 260 Airbus 320 y 200 Boeing 737 última generación, por un total de 38 mil millones de dólares. Quantas compra 110 Airbus para cubrir las rentables rutas del Asia-Pacífico donde se generan 1,2 mil millones dólares de los 4 mil millones de ganancia mundial. Por eso extraña y escandaliza que en un país con áreas azotadas por una pobreza inaceptable, como Huancavelica, lo que llevó a la esposa del Presidente a visitar la zona en días pasados, se hable con ligereza ‘de una línea aérea de bandera nacional’. Y se declare como objetivo nacional ver ‘la bandera peruana pintada en las colas de los aviones aterrizando en todos los aeropuertos del mundo’. No es posible tanto desconocimiento y tanta frivolidad. Con la urgencia puesta en los temas de vivienda, salud y educación el Perú necesita una línea de bandera como necesita una pedrada en ojo tuerto. (Las rutas nacionales e internacionales están actualmente bien cubiertas, con pasaje barato y manejo eficiente y seguro como se vio cuando la mayor aerolínea local pudo absorber 95% de los pasajeros dejados en tierra por Peruvian Airlines).

En el pasado todas las líneas aéreas de bandera o se han caído o han quebrado o ambas cosas; tradicionalmente han servido para tres fines: lavar dinero, meterse jugosas comisiones al bolsillo o viajar gratis. De prosperar el último intento de reflotar esta idea desubicada, promovida por el congresista Yonhy Lescano, bajo el nombre de ‘Sol de los Inkas- Aerolíneas Peruanas’ –impronunciable en casi todos los idiomas pero sobre todo en inglés la lingua franca de la aviación, en cambio sí un buen nombre para una empresa de ómnibus interprovincial en la ruta Cañete-Lunahuaná– la aventura costará entre 500 y mil millones de dólares de la plata, no del congresista, sino de todos los peruanos, rogando que no cueste algunas vidas también.

Fuente: EL COMERCIO